martes, 19 de octubre de 2010

Sangre & Acero



Mezclados y sin Polos, juntos crecen, creando su periferia. En grisado y amoroso culto con Historia el metal amalgama con sangre, cuece y funde. Enfría, endureciendo, preparado para lo Eterno. La acción, Su Realidad, será invicta, heroica y de Naturaleza datada. Memoire.



Antes del Principo mi Cuerpo no estaba. Yo no era. Mis partes o mejor dicho, algunas de ellas, aún tenían su dueño, no sé si el original, pero eran partes de otros, que conformaban otras familias, otras sociedades o pueblos. Las que venían en camino, en cambio, eran partes de sus partes y serían utilizadas para muchas transformaciones. ¿Servirían?
Yo -que como dije- aún no estaba, sé, como verán, que empecé a Ser con algo de Otros. De partes.

Y de a ratos, viviendo, pensaba que mi cuerpo no habría empezado a armarse por la Cabeza, nada de eso. En virtud de los acontecimientos, lo primero que tuve seguro fueron mis piernas. Tampoco sé si las dos a la vez, porque zurdo o derecho, repito, sin mi Cabeza no sirve que recuerde o piense. Supe luego, por el doc, que el conjunto de mis extremidades llegó por suerte con una gran cadera joven, aunque incluiaría mi pubialgia.
Corrían los tiempos lab, de la Granmesada, con bastante humos de mechas, y grandes sacudones porducidos por la acción de las brocas en el intento de cortar de todo. Un Umbral muy duro, frío y obviamente húmedo de mis comienzos. Éstos no son Recuerdos, sino ideas.
Y sigamos por acá, pues me parece, mucho más palpitante, porque de eso es de lo que hoy les quiero versar. Sigo.
Luego de mis piernas, si fueron mis brazos, tronco o cabeza, no sé. Del Orden, yo no puedo saber demasiado.
Imagino hoy, que ahí estaría, partido, y a pecho abierto, aguantando todo tipo de ajustes.
Pasé y resistí muchas pruebas, algunas necesarias, otras, no tanto, además de miles de tormentas con amplios niveles de voltajes y decenas de amperios. Así tenía que Ser.
Cuando ocurrió lo de la Cabeza sobre los Hombros, de entrada, quise que fuese el número uno de mis días. Mi Cumple. Porque aún así sin verme en ningún espejo, rápidamente sentí que podía soñar. Soñar sin moverme fue mi primer pensar.
Soñaba con vida y luces. Sonidos, formas y con los colores de Hoy. Pero no lo entendía. Por falta de costumbre, me costaba mucho entender, me costaba saber. Y me costó aprender.
Una tarde a la inglesa tuve noticias de una extraña y alegre sensación, tic-tac, tic-tac , y sentí, como cuando las agujas de un reloj dan la primera vuelta, que podía practicar algo de aquellos sueños de tantas-vidas-juntas. No pasaría mucho tiempo sin espejo, para verme con mi cuerpo entero corriendo por Campos Camboyanos, adueñado plenamente de lo que ya nadie me quitaría. Me habían puesto Corazón.

Tres a dos es un montón de Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario